sábado, 13 de octubre de 2018

CAPITULO 64




La tiza de la pizarra quemaba en las manos de Zoe cada vez que veía cómo actuaba esa extraña pareja, que en medio de su enfado estaban haciendo a todos partícipes de su discordia. A pesar de que no se atrevía a sacar la pizarra para que no la descubrieran, Zoe había comenzado a aceptar discretas apuestas de sus clientes, que no dudaban en acercarse a la barra para susurrarle quién creían que resultaría vencedor en esa disputa.


Paula y Pedro, cada vez más furiosos el uno con el otro, hacían lo imposible por ignorarse. Algo que en realidad no funcionaba, cuando los ojos de Pedro no dejaban de mandar amenazantes miradas a los hombres que rodeaban a Paula, a
pesar de encontrarse él mismo rodeado por varias chicas. Definitivamente, esa batalla la estaba ganando Paula, que alentaba coqueta a los hombres de su alrededor, recibiendo las miradas de Pedro con una sonrisa socarrona.


Tal vez Zoe pudiese poner fin a esas desavenencias si hablaba con Paula y le
aclaraba que, si bien era cierto que Pedro acudía a su garito con bastante frecuencia, realmente sólo lo hacía para quejarse de no poder estar junto a ella y que ésa era la primera vez que lo había visto coquetear con otra mujer, algo que había hecho únicamente para alentar a su deprimido primo Santiago.


Unas solas palabras suyas bastarían para acabar con todo, pero la verdad era que su pizarra necesitaba acción, además del pequeño asunto de las cervezas que Pedro aún le debía, así que Zoe decidió guardar silencio y hacer su propia apuesta sobre quién ganaría en esa ocasión.


Las apuestas comenzaron a caldearse cuando Penélope se quedó dormida en uno de los sillones próximos a las mesas que Mario reservaba para las familias que iban a almorzar durante el día, momento en que Mauricio comenzó a acercarse a Paula más de lo aconsejable. Ahí fue cuando Pedro dejó de intentar simular que no prestaba ninguna atención a Paula y, tras levantarse abruptamente de su asiento, se dirigió hacia donde ella se encontraba, para ofrecerle su ayuda, la quisiera o no, porque, sin duda, si ese violento individuo se había fijado en Paula, ésta se hallaba metida en más de un problema.



No hay comentarios:

Publicar un comentario