viernes, 19 de octubre de 2018
EPILOGO
—Bueno, Paula, ¿habéis decidido ya qué vais a hacer con la casa del lago? —preguntó mi madre, mientras sostenía amorosamente a mi pequeña Eliana en brazos, intentando planificar mi vida una vez más.
—Pedro no va a venderla, y tampoco quiere arreglarla. Piensa que es la casa idónea para regalarle a nuestra hija cuando encuentre al hombre adecuado para ella.
—¿A Eliana? —preguntó mi madre con asombro, mirando al bebé de apenas unos meses que sujetaba entre sus brazos.
—Sí.
—Hija, creo que es una locura dejar esa hermosa casa abandonada tanto tiempo, cuando se le podría sacar tanto provecho, pero en fin, como todos los consejos que te doy, éste también será desoído.
—Sí, mamá —contesté con el tono de niña buena que solía utilizar en otra vida, intentando bromear. Aunque, como siempre, mi madre carecía de sentido del humor y simplemente me fulminó con la mirada.
—Y dime, Paula, ¿has conseguido ya cumplir todos esos absurdos sueños que perseguías de pequeña? —preguntó mi madre, señalando a mi serio hijo Jose, que, con tan sólo tres años de edad, vigilaba a su hermano, mi revoltoso Daniel, que intentaba escapar de él, y a mi hermosa Eliana, que descansaba en sus brazos, mostrándome cuánto habían cambiado mis sueños a lo largo de esos años.
—Sí —respondí, sonriendo satisfecha con todo lo que había logrado.
—Vives en una idílica casita blanca, tienes tres hijos, eres una ama de casa y estás casada con un Alfonso. ¿Me puedes decir, Paula, en qué difiere esta vida de la que yo había elegido para ti?
—Mi casa, mis hijos, mi Alfonso... —bromeé, mirando con cariño a mi esposo, que en esos momentos discutía de algo con mi padre por enésima vez—. Todas ellas son elecciones que he hecho yo y, acierte o me equivoque, seré la única responsable de ello, porque yo he elegido mi propio camino.
Tras escuchar mi respuesta, mi madre se alejó, molesta por no haber conseguido que le diera la razón. Pero la vida era muy corta para arrepentirse de algo y, si algún día volviera atrás, siempre realizaría la misma arriesgada apuesta por el hombre que robó mi corazón en el verano en que comenzó el juego de nuestro amor.
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Amé esta historia, muy divertida jajajaja.
ResponderEliminarMe encantó la historia , en especial el personaje de Pedro jajaj
ResponderEliminarMe encantó! Te atrapan estos personajes con sus locuras. Espero que haya más historias de este tipo
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